7.10.09

Desde mi vetana (Ella)

Todavía un suave aroma queda en el dormitorio y una sonrisa se atreve a adueñarse de su tímido rostro. Él no sonríe. Áspero y veloz se marcha sin apenas un “te quiero” silencioso, pero a ella ya no le importa. Es feliz así, sola.

Hoy más que nunca puede demostrar sus ganas de vivir en aquel dominado mundo de locos, hoy puede gritar y no en silencio como lo había hecho otras tantas veces. Hoy, solo su mirada reflejada en cualquier espejo, escaparate o cristal, le basta para sentirse verdaderamente feliz. Verdaderamente heroína. Y es nuevamente su inagotable risa satisfactoria la que hace vibrar a su corazón, como algunos habituaban a llamar “de hielo”.
Nota latidos de gran calibre por sus venas. Está guapa, más que de costumbre.
Y sale fuera. Jardín.
Su cabello intercala con el viento y juega revolucionado por cada uno de sus largos mechones. Los rosados labios se refrescan ligeramente con el aire que anuncia el otoño. Le gusta sentir esa sensación y sin pensarlo, vuelve a hacerlo.Se ensaliva.
Cierra los ojos y piensa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario