20.9.09

Y entonces,volví a verla.


Su mirada, dulce y desconocida se pierde dibujando una felicidad inmensa. Es posible que no me reconozca, pues los años pasan factura y yo no tengo la suficiente estrella como para conservarme como antes, pero sin embargo mis ojos siguen siendo aquellos a los que cada noche confesaba su amor, tal vez de eso si que se pueda acordar.
Y me siento a mirarla, como un completo inútil perdido en el tiempo en el que vivo, como un iluso soñador de los recuerdos que cada dia acechan mi mente.Vigilando sus movimientos y escapandome de su risa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario