8.5.10

Los malos momentos no están hechos para ser nuestros.



Casualidad que rozó vuestros besos, casualidad que provocó tus ganas de volar, que mató tus ganas de llorar. Más allá de lo que quieres, está lo que sientes. Dulce descaro de enamorado, maldita sensación de no querer despertar nunca.

Las tormentas no impiden que tú vueles, no ayudan a que tú no llores. La lluvia sólo es capaz de camuflar tus lágrimas desdichadas, tus gritos y tus te quieros en silencio.




Grita, silba, sonríe y cántale en la cara. Bésale sus mejillas, mordisquéale los labios y luego díselo como nunca antes lo hayas hecho.
            
      - Te quiero.

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